La cicatriz que seremos. Comprarlo. Porfa.

Ana Amado


En este duelo de concetos jugamos con Mark Twain, el cometa Halley y San Andrés de Teixido.

"La nube de Oort (también llamada nube de Öpik-Oort en honor a Ernst Öpik y Jan Hendrik Oort) es una nube esférica de objetos transneptunianos que se encuentra en los límites del sistema solar, casi a un año luz del Sol, y aproximadamente a un cuarto de la distancia del Sol a Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro sistema solar. Las otras dos acumulaciones conocidas de objetos transneptunianos, el cinturón de Kuiper y el disco disperso, están situadas unas cien veces más cerca del Sol que la nube de Oort. Según algunas estimaciones estadísticas, la nube podría albergar entre uno y cien billones de objetos, siendo su masa unas cinco veces la de la Tierra". De aquí suelen salir disparados cometas de periodo largo. El único rarito, es el cometa Halley. Fuente del entrecomillado: wikipedia.

El cometa Halley es de periodo corto. Dicen que por las fuerzas del sistema solar. Es el único que puede verse a simple vista desde la Tierra, y el único que quizá pueda aparecer dos veces en la vida de un mismo ser humano.

Es uno de entre cien billones. Está a un año luz de nuestra estrella principal. Y se puede ver. Se vio en 1835, el año que nace Mark Twain. Y se volvió a ver en 1910, el año que muere Mark Twain. Dicen que él, con su cachondeo habitual, afirmó que se sentiría muy defraudado si, habiendo nacido el día que el Halley viniera a este planeta, no lo volviese a hacer al acabar su vida. Pero no murió por el Halley. Se dejó llevar por su hija.

Mark Twain pierde a su mujer en 1904, Olivia Langdon, con la que se había casado en 1870. Seis años después, su hija Susy muere de una meningitis. Tenía 25 años. Cuatro meses después, Twain, el hombre que dijo que "dejar de fumar es fácil, yo lo he hecho unas mil veces", dejó esta vida para irse a otra parte. Antes de morir escribió un libro. Se lo dedicó a su hija difunta. No estaba pensado para publicar. No le importaba eso. Twain, de hecho, era pésimo vendiendo su obra. Ganó una fortuna con sus libros, pero se arruinaba constantemente en empresas que carecían de valor. Una de ellas fue una máquina que pretendía sustituir al tipógrafo de las imprentas. Pero quedó desfasada al llegar la linotipia. Fue un amigo de la Standard Oil quien le llevó las finanzas para poder hacer frente a sus deudas. Porque a él lo que le gustaba es estar con su mujer y sus hijas. En esta pequeña dedicatoria íntima tira de recuerdos y fragmentos para apenas lograr unir un relato. No pensaba en publicarlo porque sus palabras tenían el mismo registro que quien te cuenta una breve historia momentos antes de irte al otro barrio. Son como pequeños retazos de algo, como recuerdos de un invento que, por aquel entonces, sí estaba impactando a Twain sin saberlo, ya que lo que le cuenta a su difunta hija son fotografías.

"Susy nació en Elmira, Nueva York, en casa de su abuela, la señora Olivia Langdon, el 19 de marzo de 1872, y después de probar y degustar la vida, junto con sus problemas y misterios, bajo diversas circunstancias y por lugares distintos, la misma casa fue testigo de cómo la llevamos al cementerio el 20 de agosto de 1896 a la edad de veinticinco años. 

Tenía todo un repertorio de sentimientos, y estos eran de todo tipo y magnitud; y era tan volátil de niña, que a veces todos en su conjunto entraban en juego durante el corto transcurrir de un día. Estaba llena de vida, de actividad y de fuego. Sus horas de vigilia consistían en una apresurada procesión de entusiasmos que se diferenciaban los unos de los otros tanto en origen y aspecto como en temática. Alegría, tristeza, enfado y remordimiento; tormenta, luz, lluvia y oscuridad — allí estaban todos—: se presentaban en un instante y con la misma premura ya se habían marchado. Su aquiescencia era vehemente, su desaprobación, igualmente colérica, y las dos se desvanecían con rapidez. Sus lazos afectivos eran fuertes, y hacia algunas personas, el amor adquiría el carácter de la adoración. Especialmente así era su actitud hacia su madre. En todas las cosas desprendía intensidad: y no estoy hablando de un mero brillo que emitiera calor, sino de un fuego incontenible". Un bosquejo de familia. Mark Twain. Editorial Sloper.

Dicen que a San Andrés de Teixido, quen non vai de morto vai de vivo. Es el final de una vida para evitar que las ánimas queden en el limbo y encuentren su camino a través del río Aqueronte. Pero, lejos de las coincidencias religiosas en cuanto al final de nuestras vidas mortales, el nombre de Teixido viene del Teixo, Tejo en castellano, que es un árbol. La corteza del árbol del Tejo es rica en alcaloides tóxicos. Uno de ellos, el taxol, se utiliza para curar el cáncer de pulmón, el de ovario y el de mama. Lo sé porque durante dos años acompañé a una mujer en ese proceso y escribí un libro que fue un fracaso. Pero a mí me gustó hacerlo. 

Fue increíble.

Lo volvería a hacer sin pensarlo.

Lo escribí como una historia contada sin ningún filtro y demasiada rabia.

La siguiente vez que el cometa Halley apareció en la Tierra fue 1986. Yo nací un año antes.


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