Elogiemos ahora reportajes putamadre. Apunte 1

Bien, bien. Como decía el sargento Horvath en Salvar al Soldado Ryan, cuando caían pepinos en el sector Omaha del desembarco de Normandía como para hacer de cualquiera un colador de pasta, "esto marcha". Y acto seguido se quitaba algo de la boca que tenía pegado en los paladares y echaba a correr colina arriba. Intuyo que era tabaco de mascar.
Bueno, hagamos el paralaje con café. El café me gusta. Me mola mogollón. Últimamente me está dando muchos problemas físicos, más que beneficios, pero empiezo a tener esa sensación de dejadez tan típica -dicen- de los treinta. En plan, me la suda todo. No hago bien las digestiones, tengo un aliento perruno -causa directa de esas digestiones terribles-, y los dientes se amarillean. Bah. Calvo y gordo como estoy... ¿qué más cosas pueden pasarme? El equilibrio de las fuerzas del universo está a salvo conmigo. Uhmm... espera... han bajado dos puntos del IRPF este año... soy autónomo... dispondré de unos eurillos más este año...
Mierda.
Algo peor me va a pasar.
Lo dicho, me la pela. Voy a hacer café.
(En este momento, de verdad, he ido a hacer café. Son las 9.15 de la mañana y sólo llevo dos pequeños.)
El caso es que otra línea de trabajo que tenía ganas de abrir es la que me inspiró hace años el blog Elogiemos ahora a reportajes famosos, que lleva Rosa de Bustos de forma genial. La pena es que apenas actualiza, pero la idea es cojonuda y simple. Hablar de reportajes buenos salidos en la prensa. Así que la idea es resumir, en un principio, dos semanas en unas palabras y poner los enlaces correspondientes para que se os haga la pilila trizas del gustirrinín. Porque, seamos serios... (pausa dramática, sorbo de café)... no leéis una puta mierda. No, no leéis. No me mintáis. Cabrones. Que lo más parecido que habéis visto a un libro últimamente es un chorizo. Eso que hay por casa con un lomo de colores y letras escritas, que se apiñan unos contra otros en horizontal hace años que habla y vosotros ni puto caso. Y ya sabemos que la prensa es una mierda. Lo sabeeeemos. Pero eso no es excusa para no cogerla ni de lejos. Porque hay excepciones. Muchas. En serio.
Así que, de libros y reportajes va la cosa. Irán por separado. Hoy, la prensa. He aquí unas cuantas recomendeisions.
La primera es la que me ha motivado a ponerme esta misma mañana. La prensa es necesaria. Puede que no sea ética (algún día hablaré de lo que decía la gran Leila Guerriero sobre la indecencia de nuestro trabajo y la poca salvedad moral que nos queda a los que la profesamos), pero es necesaria. Porque si no hubiera mamoneos como el que sigue, no tendríamos la supuesta democracia en la que vivimos. Se trata de una entrevista en la CNN con Reza Aslan, profesor en la Universidad de Riverside, California, sobre el islam y los países musulmanes, a raíz de los siempre eternos problemas entre occidente versus oriente. Pero, el problema es ya de raíz, que los periodistas hagan preguntas en bloque, por generalidades, en plan "los países musulmanes" como si todos tratasen igual los mismos problemas o todos tuviesen el mismo régimen barbárico de Boko Haram o los putos talibanes. Y las respuestas del profesor son, sencillamente, geniales. Es, en sí, un reportaje personificado.
Otro de los descubrimientos, esta vez más personales que otra cosa, es el que hace mi colega Lalo García. Es de película. Lo ha dejado todo. Curro estable, familia y amigos. Perrocasacoche y toda esa historia. Y hala. A recorrerme el mundo. Ha conseguido patrocinio de un par de firmas, y Fujifilm le ha prestado una cámara. Empezó antes de finalizar el año y ha estado en El Cairo, Egipto, y ahora va por Etiopía. A mí se me ponen los pelos de los brazos como cutis de ave. Soy de los degenerados que piensan siempre en grandilocuentes aventuras y viajes increíbles en los que la superación y las trabas del día a día acaben por hacerte más humano, sin que ello repercuta necesariamente en un regreso del héroe al uso, con bombos y platillos y toda la parafernalia. Porque cuando volví de Cabo Verde sólo la tuve a ella y su abrazo. Sin nadie mirándonos, con una luz de un día nublado y malo, casi oscuro casi negro, con los focos de luz alógena exagerando la delgadez de mi cara y la suya. Y muchas batallitas que contar. Así que, Lalo, tío, suerte.
La siguiente recomendación es de libro. Los de En Portada, de la tele pública, programa que los putos políticos suelen reducir a la mínima expresión, igual que Informe Semanal o tantos otros que apenas tienen cabida en la caja tonta -hete ahí el surgimiento de la denominación-, suelen hacer unos reportajes tan cojonudos que apenas tienen repercusión. El último que vi que me dejó planchado merece mención. Es El Alma de Berik, hijos de la guerra atómica. Hay que verlo. Sí o sí. Es la historia de un afectado. Berik, que tiene una deformidad en la cara bestial. Y no os cuento más. Pero quien me ha hecho llorar es la figura de la madre. Esa madre merece un monumento.
Además, los de la web de RTVE han tenido la genialidad de dejar al público el guión para que veamos como se curra detrás de, aunque sea un pequeño atisbo. Es muy útil. Y reconfortante. Puede que la mayoría de periodistas sean unos vividores hijos de puta que no pegan palo al agua, y que la tele pública está manipulada y corroída hasta en sus cimientos. Puede. Pero estos no, por vuestras respectivas madres, a estos no los toquéis.
Los que vienen ahora me tocan la fibra por varios motivos y por uno en particular. Saco libro próximamente sobre los afectados por la exposición del amianto. Material cancerígeno usado profusamente durante décadas por sus características. Barato, anti todo y resistente a cualquier fuerza o ataque sobrehumano. Una pequeñisisisisíííííííííííííma salvedad. 
Sus fibras te matan. 
Ha evolucionado mucho esta historia hasta acabar en un litigio contra uno de los propietarios herederos de la industria manufacturera del dichoso material. Algo que la genial Eliane Brum en su Romana y el billonario, brasilera como ella misma, sabe describir. Si clicáis sobre su nombre, os vienen todos sus artículos en la edición Internacional de El País, y algunos, como Vagina, o Como se fabrican niños locos son muy recomendables. Pero el que se lleva la palma al repor recomendado de inicio del año sobre este tema fue sacado hace un mes por los putos canadienses del The Globe and Mail, que nos dejaron a varios ojipláticos, cagando virutas del flipamiento mental. Con una estética y una interfaz sacada por las brillantes mentes que idearon Snow Fall, y ahora nos tienen a todos apretando el ojete delante del pc para copiarles, a John Branch y a los del New York Times, para hacer cosas como ésta: No Safe Use (algo así como "No hay uso seguro", en clara referencia a la errónea creencia de algunos sectores y países que, como Canadá, son cercanos a los productores del amianto blanco, y afirman que se puede manipular el material con garantías de seguridad). Es la historia de tantos como John Nolan, de 67 años, y su lucha con un mesotelioma que lo mata por dentro y por fuera. Sencillamente bestial. Brutal, cojonudo y todos los tacos y palabras malsonantes que se os ocurran como sinónimo de adjetivo aumentativo. Muy recomendable.
Con relación al amianto salen las últimas recomendaciones de comienzo de año -no sus quejéis, que he almacenado durante el último trimestre mazo de material, tenéis pa leer hasta sangrar- están otros dos grandes. A uno lo conocí cuando a la gran María Sanz y a mí nos dieron el premio Tiflos de la Once, que, por si no lo habíais visto ya, os lo pongo aquí: sobre el daño cerebral sobrevenido, una epidemia silenciosa. Pues bien, el premiado de aquel año en prensa escrita fue otro grande: Pedro Simón. Y este cabrón viene haciendo, desde entonces, perlitas brutales, tirando un poco del llamado periodismo narrativo que tanto me gusta. La que ganó es esta: Una clase de sonrisa. Pero la que os venía a recomendar es otra. Hijos que nadie quiere, que te pone la piel de pollo ya con la primera frase. Una cita de Urie Bronfenbrenner.
"Para desarrollarse normalmente, todo niño y toda niña necesitan que al menos un adulto esté loco por ellos".
Pedro Simón trabaja para El Mundo, y en las filas de tal ejército milita a regañadientes un cabroncito de gafas que siempre que puede da por el culo. A ese lo conozco personalmente. Hace un mes que se vino a pasar una semana de trabajo para que lo petemos juntos con un reportaje sobre el amianto en Ferrol del que os avisaré a bombo y platillo cuando salga próximanente. Pues bien. Tal sujeto es Javier Nadales. Con Pedro ha hecho cosas como el especial del 11-M que recibió críticas buenas y elogios de toda la prensa, con una estética muy similar a lo que os decía sobre el Snow Fall del NYTimes. Pues bien, al Nadales le ha dado por el boxeo estos días, y ha sacado dos grandes piezas que han puesto a este deporte primitivo y animal en la palestra. Irene, vivir contra las cuerdas y El Último hombre en pie han sido tan conocidos y laureados que hasta le han fusilado la idea (muy mal ¿eh, chicos? muy mal, vaya cazada...). El mismo petardo hace fotos y vídeo porque son sus herramientas habituales -es un chico apañado, tiene un piso muy chulo en Vallecas y está soltero, ahí lo dejo- y acompañó a otra grande en un reportaje cojonudo para Jot Down: Informar rompiendo los cojones, que, por el momento, solo se puede leer comprando el número 9 de la revista en papel. Pero, que sirva como ejemplo, la foto de la cuenta de twitter de Nadales comienza dicho reportaje.
Y ya está. C'est fini. Ha pasado hora y media y dos cafeses more.
Inauguramos otra sección.
Hala, a leer, malditos.

Comentarios

Entradas populares