Pueblo vacío

Pasé por allí buscando una parada donde sentarme y comer algo. Sonaba el zumbido de los cables de alta tensión. En algunos escondrijos, había cáscaras de castañas por el suelo. Pensaba en los niños que jugarían, en otro tiempo, en los columpios, ahora destartalados y oxidados. Los edificios se parecían mucho a las viviendas construidas en Ferrol para los trabajadores de la industria pesada. Era como el barrio del Recimil, pero con ventanas tapiadas y árboles lustrosos en medio de la calzada. Iba de camino a los cañones del Sil. Un cruce nos desviaba en dos direcciones, y decidimos tomar la segunda salida, alertados del letrero que avisaba de un restaurante cercano. Al llegar nos encontramos con esto.



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