Sobre ejércitos que no matan, sobre guerras que son buenas...

Llevo dos días ojeando de refilón diversos diarios mañaneros, mesas redondas de programas marujiles donde todo parece tener cabida y algún que otro tiraje digital de última hora. Me encuentro con una de esas noticias que van en una sola dirección cuando en el fondo- porque soy tocacojones hasta la médula- tiene varias lecturas. Y lo peor es pararte en seco, virar en redondo y no encontrarte a nadie, a absolutamente a nadie que se pare a mirar contigo, con la misma idea y la misma mala leche. Y la verdad es que tienen razón los veteranos en la materia -como contaba Gervasio Sánchez en una conferencia a la que asistí- que lo peor es hacerle caso a la gran mayoría sobre un tema que en su vida han visto. Miles de años de Historia documentada y seguimos con la misma estupidez, y el nosotros y ellos, y las invasiones que nos hacen y los favores que hacemos al resto. Tela, señores, tiene mucha tela.
El caso, como digo, es que me levanto un día y me encuentro con una primera noticia. Soldados muertos en un posible accidente. Vaya, qué putada, pensé para mis adentros adentrosos, que la han palmado sin haber soltado un tiro en plan tatatatá, cúbreme, susórdenes señor, ahg, me han dado, Paco, voy a pedir refuerzos, no, no, pírate tú, sobrevive, y dile a la moza que cumplía con mi deber. Pero no. Que fue en un accidente de coche. Para que luego digamos que conducimos mejor que los portugueses...
Al día siguiente me levanto con aires renovados y curioseo por los revisteros. Hostias, me dije mientras me acicalaba los cojoncillos frente a la ventana, un atentado. Que sí, que fue del palo bélico, con compañeros de trabajo rescatando a sus colegas achicharrados y tal. Vaya putada. A ver con qué coño nos sale ahora el gobierno de turno, con la ya conocida tontería que lleva. Que si alianza de no se qué, que si muro atrapa mosquitos, que si le chupo el rabo a los saudíes, que si le vendo armas a este país. Y al rato aparece el dato significativo: ¡no llevaban radar chupimegachipén para detectar a los malos! A ver si van a seguir teniendo razón los veteranos de guerra -la Tribu de Leguineche- con lo de que en una guerra no hay buenos ni malos, y así los detectores se vuelven tarumbas con tanta confusión.
Pero lo peor está por llegar. Y no tardó mucho, la verdad sea dicha. Los buenos camaradas estaban en misión de paz. En fin. Me remito a las sabias palabras del maestro Gervasio Sánchez -para quien no lo sepa, lleva décadas cubriendo guerras- que contaba que un ejército nunca va en misión de paz. Tú llegas allí, porque te mandan o por voluntad propia -que el sueldo se triplica y es cojonudo contarlo a la vuelta invitando a cañas- con fusil en mano y el casco en la cabeza, e impones, por la fuerza, una norma que otros han decidido por ti. No voy a decir la nacionalidad de unos y de otros porque me parece irrelevante, y como en una guerra todo acto racional es, por definición, ilusiorio o, para entendernos, que solamente se reduce al campo de acción individual -mátales antes de que te maten- se podría decir que la acción colectiva, sea cual fuere su signo es siempre la misma. ¿Qué? ¿No se lo creen? Vale. Imperio español, hace la polla de años, creo el que siglo XI, rey de Hispania el colega Alfonso VI, cruzada contra los invasores moros que, en un principio, "venían a echar una mano". Se unen reinos, coronas y demás, y a partir de 1940 la infantería se larga fuera de las fronteras. Sicilia, Nápoles y otras pocas. Y gracias al atontado de Colón, descubrimos otras tierras "sin propiedad". Arrase total. Mueren los que quedan porque no soportan el trabajo duro, y las mujeres mezcladas con los de aquí, creando mestizos a espuertas y aportando de lo suyo -que algo de cultura, supongo, también les tocó-. Seguimos con uniones matrimoniales preparadas hasta Carlos V, que hereda ciento y la madre. A hostias con todo cristo y ni se inmuta. Media europa cogida por los huevos. Resumiendo: voy a tu casa a destrozarla y digo que es culpa tuya. No obstante esto no dura mucho, y saltando un poco de tramo, llegan los franchutes y la montan en nuestro propio territorio. Y qué pasó. Pues lo que contaba antes pero a la inversa. Qué vienen estos a joderme y, encima, me echan la culpa. De eso nada, monada, Antes muerto que sencillo.
Total, que de pacificación ni hablar. Que me parece muy bien la Comunidad Internacional -creada para evitar otro desastre similar a las guerras mundiales- en plan no te meterás con tu colega a no ser que el colega la esté jodiendo él solito. Entonces sí. Pero claro, allí hay gente que vivía muy bien con ese colega, y estará dispuesta a defender lo que considere oportuno. Quizá por eso nuestros soldados vayan armados con palitos que lanzan pelotitas que hacen pupa, porque se esperan lo peor de lo peor.
No sé si ésos chicos eran buena gente o mala gente. Fueron allí porque cobraban bien, y afirmaban muy seguros que aquello estaba tranquilo. Pero les tocó, y ahora todo el mundo pone el grito en el cielo con el tema. Unos que lo tapan, otros que lo manifiestan a espuertas. Insurgentes, invasores y multitud de términos salen a la palestra. Menciones de honor, ya saben, caído en combate. Es decir: hacían su trabajo y murieron. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero, ¿qué pasaría si el ataque -que no atentado, como se convencen otros- fracasase y, por hacer su trabajo, nuestros queridos soldados empezasen a tiros con ellos y se llevasen a unos cuantos? ¿Seguirían siendo héroes? ¿Y si hubiese una falsa alarma -como tantas han sucedido desde que empezó lo de Irak, aunque a mi entender ya había empezado hace varias décadas- y se cargasen a una mujer, varios críos y una decena de camellos que pasaban por alli? ¿No van a "pacificar"?
Como dijo alguien, no recuerdo quién, en una guerra se enfrentan personas que no se conocen por culpa de unos pocos que sí se conocen. Señalar a los que participan en el meollo no soluciona nada. Pedir responsabilidades a quien firma las órdenes para llevarlas a cabo, puede. Pero para mí hay una cosa muy clara: una guerra es una guerra, no un conflicto evitable, ni un instrumento de pacificación. Un ejército, sea del país que sea, no es una ong y el concepto de justicia en tales situaciones sigue siendo el mismo, matar a unos para salvar a otros.

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